La experiencia de Dios: la oración y la vida

 

Como dice B. P.: "Dios está ahí. Ahora debes hacer "experiencia de Dios".

 

Si miras tu vida desde tu nacimiento en clave de Dios, probablemente te sorprenderás de las veces que ha estado ahí a tu lado y ha participado de tu vida, aunque, como decía BP, no lo percibieses.

 

Si eres un scout, estás acostumbrado a observar, ¿porqué no observas los rastros que Dios deja dentro de ti?

 

Pero la experiencia de Dios es también encontrarlo en todo lo que me rodea; cada una de las personas, la ciencia y el arte, la naturaleza, la poesía y la danza, el pensamiento y la sociedad...

 

Son miles los sitios y las formas de hacer experiencia de Dios. San Pablo dice que "en Dios vivimos, nos movemos y existimos", es decir estamos inmersos en Él como estamos inmersos en la naturaleza, la sociedad y las culturas.

 

 

Como ya imaginas, la oración es el primer lugar donde hacer experiencia de Dios. Un scout es una persona de oración porque necesita escuchar a Dios y comunicarse con Él.

 

La naturaleza es el templo de Dios, por eso es un lugar privilegiado para la oración. Todo está impregnado de Él y le encanta mostrarse en las cosas que ha creado y de las que formamos parte, por eso vemos en la naturaleza su obra y le encontramos ahí.

 

Otro de los lugares favoritos de Dios para manifestarse es en el otro. Si tratas de descubrir cómo es el otro de verdad, no en su corteza, sino en su interior, verás claramente porqué Dios le ama tanto. Verás al mismo Dios. Decía Saint Éxupéry (el autor del Principito): "lo esencial es invisible a los ojos". Si descubres el interior del otro y compartes con él experiencias comunes, verás cosas sorprendentes.

 

 

Pero Dios se muestra en muchos otros lugares:

 

  • la amistad y la fraternidad
  • la justicia y la injusticia
  • la solidaridad
  • el sufrimiento y el dolor

 

En definitiva, podemos hacer experiencia de Dios en todo lo que nos rodea. Y toda esa experiencia es la que llevamos de nuevo a nuestra oración interior, donde Dios me habla de una forma especial.